*Dedicado para quienes todo lo perdieron y para quienes todo lo dieron.
Quizás tú también recuerdas esa mañana. Eran las 7...
Las noticias llegaron con las voces de los reporteros entrecortadas por la magnitud de lo que veían; narrando imágenes de la ciudad más grande del país destruida.
Recuerdo el miedo, la incertidumbre, la preocupación y la tristeza.
El terremoto fue en la ciudad de México pero todos lo sentimos.
A veces los momentos más difíciles hacen salir lo mejor de nosotros mismos porque tienen el poder de sacudir el alma y reacomodar prioridades y sentimientos.
Hoy creo que los recuerdos más fuertes de ese día fueron las historias de amor y heroismo que surgieron de los escombros.
Ese día ví un México transformado en una cadena de buena voluntad.
Ví generosidad y empatía.
Ví gente llorar por desconocidos y ví hermandad.
Ví voluntarios levantando escombros con las manos y ví extraños abrazándose de alegría en cada rescate.
Ví gente noble, valiente, solidaria.
Ví brillar entre el polvo el amor a la patria y al prójimo.
Ese día, fuimos uno.
Ese día, México demostró el ancho de su corazón.
Ese día tan triste es también uno de los días en los que más orgullos@ me he sentido de ser mexican@ porque la tragedia me enseñó que el recurso más bello y más valioso que tenemos es esa gente, tan numerosa, que con una mano en el corazón no tiembla al extender la otra para decir "Aquí estoy".
ESE DIA SUPE DE LO QUE ESTA HECHO MI PAIS y eso no lo puedo ni debo olvidar.
¿Tú recuerdas?
*Autor: Palom@, Para México Con Amor.
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